Rafael Correa es adicto a la propaganda en la vida y en la tele

Correa no oye. No procesa lo que le dicen. No dialoga. Recita. No disimula siquiera esta pulsión obsesiva que lo lleva a convertir un posible interlocutor en un lamentable Suso. En un convidado de piedra ante el cual él vierte … Leer más