
Entre el 11 y el 14 de septiembre se llevó a cabo el X Congreso Nacional de la Confederación General del Trabajo en el Salón Rojo del Hotel Tequendama (Bogotá). El presidente de la república de Colombia, Iván Duque, atendió la invitación del presidente de la Confederación General del Trabajo (CGT), Julio Roberto Gómez. Duque asistió en compañía de la ministra del Trabajo, Alicia Arango. El mandatario colombiano expresó su complacencia frente a la invitación y reiteró su intención de hacer un gobierno de unidad frente a intereses comunes privilegiando el diálogo y la búsqueda de consensos y estima que “Si hay confianza sobre el diálogo social, se hace innecesaria la protesta […] Soy un convencido de que el diálogo se construye sobre la lealtad de la palabra”, observó ante un auditorio con más de 1.500 delegados sindicales nacionales e internacionales, entre los asistentes al Congreso. El presidente anunció que estará en la Comisión de concertación con los trabajadores junto a la ministra del Trabajo.
En la jornada inaugural, además de la ministra del Trabajo, del presidente de la república y del presidente de la CGT, estuvieron presentes algunos representantes diplomáticos como la embajadora del Reino de Marruecos en Colombia, Farida Loudaya, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia y miembro del Consejo Gremial, Jorge Enrique Bedoya, delegados de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el presidente de la Central Autónoma de Trabajadores de Chile (CAT), Oscar Olivos, entre otros representantes destacados del mundo sindical en Iberoamérica. Las temáticas centrales, discutidas durante el Congreso de la CGT, estuvieron relacionadas con la corrupción y su impacto en el desarrollo; la economía; las cuestiones sociales y laborales; las condiciones del trabajo y la generación de empleo.
Los delegados y asistentes al Congreso explicaron el interés común en construir un sindicalismo del siglo XXI que marca diferencias ostensibles con las Centrales Unitarias de Trabajadores (CUT) que, cooptadas por los diferentes partidos de ultra izquierda, persisten en la confrontación y en el conflicto para asegurar su pervivencia y se han quedado en la obsolescencia. Notaron que las agrupaciones sindicales que mantienen ese discurso rupturista están desconectadas de la realidad que impone un mundo dinámico y cambiante que obliga tanto a la transformación de las mentalidades como a la capacitación para el conocimiento de las nuevas tecnologías. También en esa dirección apuntó el presidente Duque al referir que “La cuarta revolución industrial traerá muchas cosas buenas para el mundo pero también muchos desafíos y los países no se van a poder aislar. Tenemos que pensar en el trabajador del siglo XXI, en sus habilidades y garantías”.
Del contenido de la intervención del presidente Duque
La tesis del neoliberalismo de creer que las fuerzas del mercado son un prurito que es capaz de liderarlo todo, gobernarlo todo, fracasó, porque nunca pensó en la solidaridad, porque nunca pensó en la fraternidad, porque nunca se cimentó en el centro. Y experimentos como el socialismo del siglo XXI también han tenido fracasos porque han creído que el Estado lo puede todo y no es así. El Estado que mira a la sociedad con ese espíritu gigantista pero no garantiza la posibilidad de generar fuentes de empleo permanentes, también fracasa. Y ya no se trata de una recriminación entre unos y otros sino de ser capaces de construir un proyecto de sociedad donde haya siempre balances. Y esa es la invitación que nosotros tenemos que construir hoy. De nada sirve hablar del desarrollo empresarial si el desarrollo empresarial no va acompañado de la mejora en las condiciones de los trabajadores. De nada nos sirve reivindicar las causas obreras si traen consigo la destrucción del capital de los que generan el empleo. Por eso se tiene que hablar desde el centro, desde la fraternidad de los unos con los otros. Ese es el mayor reto que tienen las sociedades hoy […]
He sido un defensor de que el país tenga emprendimiento. Y el emprendimiento no cae en esa caricatura a la que tratan de apelar algunos que el emprendimiento son los ricos. En este país hay microempresarios, pequeños y medianos que representan más del 90 % del empleo que se genera en Colombia. Y con laboriosidad también se esfuerzan todos los días. No podemos llamarlos ricos. Lo que hay que entender es que ellos son valiosos en la medida que tienen una fuerza laboral valiosa que es reconocida por la misma empresa como capital humano y no, simplemente, con la convicción tradicional del siglo XX de creer que el trabajador es, simplemente, un instrumento al que se apela con un número o con un carné. Las empresas exitosas de hoy son las logran reivindicar al trabajador […] Soy un defensor de la industria nacional en el diálogo fraterno con empleadores y empleados para que construyan país.
«Este es un gobierno comprometido con la equidad y la discusión no puede reducirse a izquierdas y derechas». Duque planteó en ese escenario la búsqueda de austeridad y eficiencia en la administración pública; la exención de impuestos para quienes inviertan en el campo y generen un número específico de empleos; mecanismos de concertación y diálogo para ver de dónde se van a sacar los recursos para estas medidas tendentes a lograr mayor equidad en Colombia. El presidente aseveró que «la presidencia no es un ejercicio de vanidad, las ideas buenas se acogen».
El mandatario estima que debe apostarse a la expansión de la clase media y a la generación de empleos formales como un esfuerzo de la sociedad colombiana. Expresó que la empresa no es una «vaca lechera» a la que el Estado pueda exprimir. Asimismo, consideró que deben agilizarse los trámites que mejoren las condiciones para la generación de empleo; refirió el régimen tributario complejo y la necesidad de simplificar impuestos y buscar soluciones estructurales en la progresividad del sistema tributario; además de resolver el tema de la evasión y de las bajas tributaciones, todas estas, medidas para fomentar la equidad. “No se trata de perseguir, sino de que todos se vinculen al proyecto de equidad, hay una necesidad de plantear el debate de la equidad, eso no es perseguir a nadie”. Habló de “recuperar el valor de las empresas públicas de excelencia” y no acompaña la posición de quienes quieren la privatización total de Ecopetrol.
Duque refirió las medidas de “equidad” que desarrollará durante su gobierno, sin caer en el populismo, a saber: reformar el sistema de salud que, según explicó, ha estado dedicado al rentismo. El mandatario sostuvo que el servicio y sistema de salud debe ser de calidad y de satisfacción para usuarios y pacientes. Expresó que las Entidades Promotoras de Salud (EPS) estarán supervisadas y obligadas a cumplir con los compromisos que adquieren con los colombianos. “Hay que despolitizar la medicina pública”. Observó que el problema con las jubilaciones también es un problema de equidad. En referencia al sector de la educación enfatizó que deben cerrarse las brechas existentes, erradicar la corrupción, asignar más recursos a la universidad pública y a la gratuidad de la educación para aquellos estudiantes y familias de menos recursos y con mayor vulnerabilidad en el país. Anunció el mejoramiento de 600 mil viviendas (180 mil del sector rural) para que las familias puedan mejorar sus condiciones de vida: “casa digna”, “vida digna”.
El presidente colombiano se dirigió al presidente de la CGT desdemonizando los Tratados de Libre Comercio (TLC). Duque abundó en que los Tratados de Libre Comercio no son ni buenos ni malos. El que sean beneficiosos para un país depende del provecho que se les dé, además de abrir mercados y beneficiar a muchas familias, refirió ejemplos concretos para el caso colombiano. “Son buenos si se les sabe sacar provecho”. Sin embargo, el presidente concedió que “los Acuerdos [de Libre Comercio] no se pueden firmar sin saber qué hacer”, por lo que durante su gobierno “no se hará ninguna nueva negociación, pero nos dedicaremos a aprovechar los [TLC] que hay”.
“Iván Duque refuerza nexos con la Confederación del Trabajo – CGT”, tituló un medio local tras la intervención del presidente. El ministerio del Trabajo recogió que algunas de las propuestas que elevará el presidente de la CGT, Julio Roberto Gómez, al gobierno nacional, de orientación conservadora, están relacionadas con las problemáticas de las poblaciones socialmente excluidas; la reforma social agraria integral; la población en condición de discapacidad; la paz, el conflicto y los posacuerdos; la equidad de género; el adulto mayor, la niñez y la juventud; la negociación colectiva y el derecho a huelga; la tercerización laboral y la generación de empleo; la migración e inmigración; la corrupción y su impacto en el desarrollo del país, entre otros asuntos.
Paz en Colombia
“Todos queremos la paz”, afirmó el flamante presidente de Colombia quien consideró que “el error fue dejarnos dividir como sociedad entre los que quieren y no quieren la paz”. En ese sentido, el presidente afirmó que frente al Acuerdo que permitió la desmovilización de las FARC va a “honrar todos los compromisos de desmovilización, desarme y reinserción para que puedan hacer esa transición”, en estricta referencia a “la base guerrillera”. “Como colombianos tenemos que ser claros: si hay reincidencia o repetición ahí estará la legalidad y la defensa de la Constitución”.
En lo que respecta a la negociación con el ELN para lograr su desmovilización, el presidente fue concluyente: “hay voluntad pero no es un cheque en blanco”. Duque rechazó “cualquier forma de violencia” y mantiene este postulado frente al ELN: “No aceptamos la violencia como mecanismo de presión”. Por tanto, la negociación con ese grupo subversivo exige la liberación de los secuestrados y la intención clara de abandonar la criminalidad.
CPLATAM -Análisis Político en América Latina-
Septiembre, 2018
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