El Rif ante la necesidad de una descentralización efectiva

Por Jamal Eddine Mechbal*

 

El Rif es un montañoso territorio, pobre y aislado, tratado desde siempre como periferia. La principal carretera, que atraviesa las difíciles montañas de su cordillera, fue trazada por el ejército español durante su contienda militar para ocupar la zona norte de un reino, el más antiguo de mundo, que en el reparto colonial a comienzos del siglo XX, fue troceado entre Francia y España en varias zonas. Una vez logrado el objetivo, después de la guerra del Rif que terminó en 1927, la misma administración del Protectorado convirtió esa carretera trazada con objetivos estratégicos militares en una carretera nacional, mediante un simple asfaltado, conservando su difícil circulación y su peligrosidad. En los años sesenta, al final del Protectorado español, el gobierno marroquí dispuso construir una carretera por la costa mediterránea de Tánger a Nador y aún se están completando los trabajos. Hoy día, transcurridos sesenta años del fin del protectorado, es más fácil para la población del Rif la comunicación con España por mar que con Fez o Tánger por tierra.

El  pueblo del Rif es un pueblo inteligente, trabajador y con un alto nivel de orgullo. En las características del rifeño destaca su dignidad, ni mendiga, ni roba y guarda un gran respeto a la mujer. La población, ante la pobreza de la tierra y la falta de recursos, desde tiempos remotos vivió de la emigración estacional o/y permanente hacia otras regiones de Marruecos o hacia el extranjero. Las capacidades y aptitudes personales de los rifeños les han posibilitado grandes éxitos a nivel individual dentro y fuera del país. Tenemos ejemplos que pueden citarse: la niña pastora del Rif que emigró a los 14 años a Francia y llegó a ser ministra en diferentes oportunidades, ocupando la cartera de educación y ciencia en el último gobierno del Presidente Hollande, me refiero a  Najat Vallaud-Belkacem; en Bélgica, un rifeño ocupa hoy la vicepresidencia del Parlamento de ese país, se trata de Fouad Ahidar; y, en Holanda, el alcalde de Róterdam es otro rifeño, Ahmed Aboutaleb. Asimismo, en el continente americano varios rifeños ocupan importantes cargos de responsabilidad tanto en Canadá como en Estados Unidos. Jamal Eddine Ben Omar se desempeñó como representante del Secretario General de la ONU para el conflicto de Yemen, un alto funcionario de Naciones Unidas. Dentro de Marruecos hay rifeños que destacan en el sector político, empresarial y en profesiones liberales. En el actual gobierno al menos tres ministros provienen del Rif (Justicia, Interior y Sanidad) y, también, el presidente de la Cámara de los Consejeros y el presidente de la Región de Tánger, Tetuán, Alhucemas. Lo anterior constata que, a pesar de la pobreza de la tierra, la riqueza del Rif radica en su potencial humano.

El poder central -o Majzén- desde siempre se desentendió de la población del Rif. Su gente vive de las remesas de la emigración, la pesca y del cultivo del cannabis. Durante los años veinte del siglo XX, el Rif  sufrió una guerra cruel y dura contra las tropas españolas encabezada por Abdelkrim y en la que se utilizó, por primera vez, gases tóxicos. Tres décadas después, apenas las heridas cicatrizadas, volvió a sufrir las consecuencias de una insurrección de protesta en 1958 contra el poder central y tres décadas después vivió las graves revueltas de 1984. Sesenta años después, el Rif sigue siendo la periferia y se mantiene aislado del resto de Marruecos viviendo de las remesas de la emigración y del cultivo del cannabis.

Alhucemas o Al-Hoceima [árabe], Provincia al norte del Reino de Marruecos situada en la costa mediterránea
Alhucemas o Al-Hoceima localizada en el Rif -al norte del Reino de Marruecos y a unos 160 kilómetros de España- tiene 60.000 habitantes y se ha convertido en un importante escenario de movilización social

Desde su coronación en 1999, Mohamed VI, inauguró una política de acercamiento y reconciliación con el Rif, que vino acompañada de proyectos para el desarrollo de la región y así poner fin al aislamiento, especialmente después del terremoto de Alhucemas en 2004. El 17 de octubre de 2015, Mohamed VI presidió la ceremonia de la firma de los acuerdos para  la puesta en marcha y ejecución de varios programas para el desarrollo de la Provincia de Alhucemas, todo esto parte de un proyecto integral llamado: «Al-Hoceima, Manarat Al Moutawassit» (Alhucemas ciudad faro del Mediterráneo). Un año después, la ejecución de una parte importante de los proyectos aún no se había iniciado. De otra parte, la crisis económica que atravesó Europa durante los últimos años redujo las remesas y obligó a muchos emigrantes a retornar al Rif ante la falta de trabajo.

Debido a los informes internacionales sobre el aumento del cultivo del cannabis en la región y al celo por la buena imagen, el gobierno se apresuró a reprimir sin ofrecer alternativas para la sustitución de los cultivos ilícitos. Como consecuencia de esas medidas miles de pequeños agricultores se han visto condenados a la destrucción de sus cultivos mientras los grandes traficantes siguen libres dentro y fuera del país. Se sospecha que algunos de ellos están implicados en la financiación y en el suministro de la logística para el movimiento de protestas, especialmente para la cubertura mediática en internet. Entre estos destaca un rifeño que emigró a Holanda, Said Chaou, un capo con doble nacionalidad, reclamado desde 2010 por la justicia marroquí por tráfico de drogas, fundador del “Movimiento 18 de Septiembre para la Independencia del RIF”. Ante lo que precede, el 24 de junio (2017), Marruecos llamó a consultas a su embajador en los Países Bajos, como forma de manifestar su profundo malestar por la demora en la extradición de este individuo y por las largas dadas al asunto de parte del gobierno holandés.

En el comunicado de Asuntos Exteriores se afirmó que para Marruecos, país que “con lealtad cooperó siempre en la lucha contra el tráfico de drogas, no tolerará que un notorio traficante (….) actúe para recrear una situación favorable a sus actividades criminales”, añadiendo que se indicó a las autoridades neerlandesas que “es imperativo que medidas concretas y urgentes sean tomadas en contra de este traficante y mercenario de la agitación”. La respuesta del gobierno holandés no tardó en producirse y tomó “medidas concretas y urgentes” procediendo a la detención de Said Chaou.

La trágica muerte del joven vendedor de pescado, Mohsin Fikri, que murió accidentalmente  triturado dentro de un camión de basura, a manos de su compañero, así como las circunstancias y las informaciones tendenciosas que rodearon los eventos fueron la gota que colmó el vaso. La crisis que hoy vive el Rif reúne una conjunción de elementos y circunstancias que la agravan a niveles explosivos: la pobreza del territorio, la economía basada en las remesas de los emigrantes, el cultivo de cannabis, la falta de infraestructuras y la marginación a todos los niveles. Todos los gobiernos que se turnaron en el poder no pudieron superar el concepto colonial que consistía en dividir a Marruecos en dos: el “Marruecos útil” y el “Marruecos inútil”. El primero, en manos de los colonos y hoy en manos de una minoría privilegiada que les sustituyó; el segundo, en manos del resto de los marroquíes pobres y desamparados. Se añade a ello un sistema basado en un excesivo centralismo jacobino en contra de una descentralización que se anunció desde mediados de los años sesenta y que se proclamó en la Constitución de 2011 siendo, todavía hoy, una declaración de intenciones más que una realidad palpable. El anterior gobierno en vez de convertir este principio en realidad se limitó a crear nuevas instituciones regionales sin transferirles las competencias y los medios necesarios para cumplir su misión.

También hubo un cúmulo de errores, entre ellos, no ejecutar los proyectos acordados así como el retraso o la paralización en los proyectos que estaban en desarrollo. A lo anterior, se suma la aparición de una generación joven que, cobijada por los derechos de la nueva Constitución, perdió el miedo y es mucho más exigente. El movimiento de protesta en Alhucemas está liderado por jóvenes sin experiencia y sin pertenencia aparente a ningún color político, mantienen un discurso duro y virulento, descalifican a los partidos políticos y rechazan el diálogo con el gobierno. Los líderes del movimiento han afirmado a los medios que no les interesa intervenir en política y que sus demandas son de tipo social y económico pero las arengas y acciones de los manifestantes contradicen las respuestas que entregan a la prensa. Exigen, nada menos que, la intervención del Rey aun sabiendo que la misión del monarca es el arbitrio y que la negociación le corresponde al gobierno.

Entre los líderes de las protestas destaca uno llamado Nasser Zefzafi, un joven desconocido en la vida política, que asumió el liderazgo utilizando en su discurso una hábil mezcla de eslóganes de izquierda revolucionaria con proclamas de tinte islamista, citando el Corán y mostrando un mesianismo adverado, declaró ante sus seguidores que pide a Alá el “martirio por la causa”.

Este cúmulo de elementos son una bomba de relojería, su tic tac suena y se oye perfectamente, nadie sabe si va a parar o a estallar. Todo depende, por un lado, del nivel de contención del gobierno que reconoce la legitimidad de la mayoría de las reivindicaciones y, de otra parte, que los activistas que lideran el movimiento no tiren demasiado de la cuerda para que no se rompa. Por todo anterior, no puede calificarse o dividirse a las partes entre buenos y malos, como si de una película del Fort West se tratase.

Generalmente, la prensa tiende a simpatizar o a defender lo que en principio se considera la parte débil siendo el Estado la parte fuerte por disponer del monopolio en el uso de la fuerza. Sin embargo, hay activismos que acuden al uso de la violencia para lograr sus fines. En el caso del Rif, se debe reconocer que la prensa criticó en mayor medida al gobierno central, endosándole la culpa del uso desmesurado de la fuerza a la vez que minimizó los graves actos violentos cometidos por los manifestantes.

Desde la muerte de Mohsin Fikri, a finales de octubre (2016), las manifestaciones y protestas no cesaron en Alhucemas. Casi siempre se desarrollaron en orden y se caracterizaron por su alto nivel pacífico y civilizado. Esa conducta les valió la admiración de la opinión pública y el respeto de las fuerzas del orden. Se calcula que hasta finales de marzo hubo unas 700 manifestaciones en las que prácticamente no tuvo lugar la intervención de las fuerzas del orden, ni ninguna detención. El gobierno mostró voluntad dialogante, escrupuloso respeto a las libertades durante todos los encierros, mítines y manifestaciones. Fue un caso insólito en un área del mundo arabo-musulmán, incluso un ejemplo para países en desarrollo.

A finales de marzo (2017) empezó a subir el tono y el listón de las reivindicaciones, algunas son completamente erróneas y otras son medias verdades. Por ejemplo, reivindicar la anulación del Dahir (Decreto) de 1958 que determina a la provincia de Alhucemas como provincia militar es una reivindicación totalmente falsa, tendenciosa y demagógica. En 1968, estuve a la cabeza de la Delegación Provincial de Trabajo de Alhucemas y puedo asegurar que no había ninguna ley militar aplicable, ni un militar como gobernante. Las leyes aplicables eran las mismas leyes en vigor que en el resto de Marruecos. Tampoco había autoridad militar con competencias sobre los civiles puesto que el gobernador de la provincia era un civil como todos los que le sucedieron años después. El Dahir en cuestión se publicó durante los acontecimientos del Rif en 1958 y fue derogado al año siguiente cuando se publicó la ley de ordenamiento territorial de 1959 creando nuevas provincias. En su último párrafo se derogaba las otras leyes que estaban en vigor y con ello se anulaba el Dahir de 1958. También es erróneo reivindicar un hospital oncológico puesto que ese hospital oncológico ya existe y ha sido inaugurado en 2008. Lo que realmente se necesita es completar su equipamiento, especialmente un aparato de diagnóstico en 3D.

Los activistas destacan su carácter pacífico y reiteran en sus slogans “sin piedras, sin cuchillos”. No obstante, pasaron de la virulencia discursiva a la violencia durante las manifestaciones. Las acciones más impactantes ocurrieron durante los disturbios de Imzouren que tuvieron lugar el 25 de marzo. La manifestación culminó con la quema de un autocar, cuatro vehículos de las fuerzas del orden y un camión de bomberos que acudió para apagar un incendio en una residencia de policías donde varios agentes estaban atrapados. En el balance de heridos se habló de un centenar de policías, entre ellos dos en estado muy grave que fueron trasladados al hospital de especialidades en Rabat.

Un segundo incidente de violencia ocurrió el 23 de mayo en un pueblo cerca de Ketama, allí llegó el ministro del Interior para dialogar con la población y disuadirlos de anular una marcha que pretendían llevar a cabo hacia Alhucemas. En ese pueblo, meses atrás, el gobierno en su lucha contra los cultivos de cannabis, quemó centenares de hectáreas con estos cultivos sin ofrecer nada a cambio. El helicóptero en el que llegó el ministro fue cercado por la muchedumbre que impidió su vuelo, y cuando pudo partir, al parecer, tuvo que hacerlo en condiciones que exponían la vida de la tripulación.

El tercer incidente de gravedad acaeció el 26 de mayo durante el rezo del último viernes del mes de “Chaàban”, vísperas del Ramadán, cuando el imam (Imán) pronunciaba su sermón sobre “alfitna en el Islam”. Es decir, los peligros de las revueltas, sediciones y desórdenes y sus consecuencias en una sociedad, desde el punto de vista islámico, partiendo de los versículos del Corán y del hadiz de Mahoma. El imam se refería a los incidentes ya citados, cosa que no fue del agrado del líder del movimiento, Nasser Zefzafi, que saltó interrumpiendo el sermón del imam y dirigió graves descalificaciones a quien lo oficiaba, convirtiendo la ceremonia y la mezquita en un lugar más para sus mítines como se observa en el vídeo.

El código penal marroquí es muy claro sobre este tema. Su artículo 221 condena toda interrupción voluntaria al ejercicio de un culto o ceremonia religiosa que cause desórdenes intencionados atentando contra la serenidad del rezo. La condena oscila de seis meses a tres años de prisión y una multa de 100 a 500 dírhams. Ese mismo día el ministro de asuntos religiosos emitió un comunicado censurando y mostrando la repulsa por lo sucedido “dentro de la casa de Dios”. Acto seguido empezó a intervenir la policía y la justicia. El Rey de Marruecos, al igual que la Reina de Gran Bretaña, es jefe de Estado y jefe religioso.

Nasser Zefzafi en nombre de la democracia y las libertades políticas pudo jugar fuerte en el campo político sin ser amonestado pero al trasladar su acción a la mezquita cometió un grave error. La tentación de utilizar el espacio religioso en el que Mohamed VI guarda celosamente su autoridad, como Príncipe de los creyentes, no podía quedar impune teniendo además la pena prevista en el código penal. Probablemente, Zefzafi no sabía que ya en el siglo XV, Cervantes escribió – en Don Quijote de la Mancha- eso de que “con la Iglesia hemos topado” y, en este caso fue, con la mezquita que viene a ser lo mismo.

Estos actos pusieron fin al carácter pacífico del movimiento y fueron respondidos con detenciones, en su mayoría, del entorno de aquellos considerados responsables de los actos delictivos cometidos en los tres casos citados y, en otros posteriores, dando lugar a respuestas violentas en las calles por parte de jóvenes enmascarados.

El Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH), organismo constitucionalmente independiente, llevó a cabo investigaciones sobre denuncias de torturas y malos tratos ejercidos por las fuerzas del orden público contra los detenidos. La prensa pudo tener acceso a una parte del informe elaborado por esta institución imparcial. Su reciente publicación suscitó críticas por parte del CNDH y sobre todo una dura crítica por parte de la Dirección General de la Seguridad Nacional (DGSN) que consideró que la filtración y la publicación de una sola parte del informe, hace que la opinión sea incompleta, fragmentada y parcial. Pero lo importante es que esa parte del informe afirma y reconoce que las acusaciones de los detenidos son creíbles y en efecto hay indicios de que hubo torturas y malos tratos. El ministro de Justicia no tardó en trasladar el informe a la fiscalía para que la justicia se haga cargo y dicte lo que considere justo y oportuno. De tal modo, algunos de los acusados en los disturbios que han sido víctimas de torturas y malos tratos serán favorecidos por la justicia y los responsables de las fuerzas del orden serán procesados y sancionados por estas denuncias de abusos y torturas.

El presidente del gobierno, Saadeddine Othmani, declaró el 5 de julio que por orden del Rey, el gobierno retiraba las fuerzas anti disturbios de varios lugares del Rif, con la intención de rebajar la tensión y calmar los ánimos. Othmani resaltó que una comisión de investigación, creada por órdenes expresas del Rey, determinará las causas y responsabilidades por los retrasos en la ejecución del programa “Alhucemas faro del Mediterráneo”. Precisó también que la ejecución de los proyectos se aceleró y que los ministros de cada ramo se desplazan semanalmente a la capital de la provincia de Alhucemas para velar por la buena ejecución y limar las dificultades con la población.

El punto más problemático es la liberación de los detenidos. Según Othmani el gobierno no tiene derecho, ni puede intervenir en este tema. Es un asunto que está en manos de la justicia. En efecto, la justicia en Marruecos dejó de ser una función y se convirtió en un poder judicial, completamente independiente del ejecutivo, incluida la fiscalía general que, en aplicación de la Constitución de 2011, dejó de estar bajo órdenes del ministerio de justicia. Por ello, la única institución que constitucionalmente tiene facultad para el indulto es el Soberano. El Rey puede indultar en cualquier momento, generalmente después de que las condenas son firmes pero, puede hacerlo durante el proceso e incluso antes.

Marruecos se encuentra en una delicada situación y vive una interesante dinámica, el país y el pueblo abren camino, día a día y paso a paso, hacia un Estado de derecho y una democracia, donde algunos intereses fácticos y no tan fácticos, se oponen a las reformas intentando mantener un “Marruecos útil” para ellos y un “Marruecos inútil” para el resto del pueblo con el fin de conservar unos privilegios ilegítimos en detrimento de la Constitución, ese desfasado centralismo jacobino acervado en manos del poder central en detrimento de la democracia y la justicia social exige una descentralización y el urgente traspaso de mayores poderes a las regiones. La descentralización efectiva es la forma inteligente y justa para terminar con un Marruecos rico y un Marruecos pobre y, mediante los gobiernos autonómicos, garantizar que la experiencia del Rif no se repita en otras regiones del Reino.

*Jamal Mechbal es jurista, ex diplomático y columnista en medios de España y Marruecos.

Artículo para CPLATAM -Análisis Político en América Latina-

Julio, 2017

Las fotografías de Le360 dan cuenta de la dimensión y gravedad de los disturbios de Imzouren, el incendio en la residencia de los policías que estuvieron atrapados en la azotea y de agentes lesionados.

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