Por Clara Riveros
Antonio Navarro Amuedo condujo, desde España, el conversatorio virtual de Frontera abierta «A vueltas con el Sahara: ¿hora de propuestas realistas?», en el que participaron el jurista marroquí Jamal Mechbal, el activista e intelectual saharaui Bachir Edkhil y el académico español Bernabé López García. Un coloquio que se agradece por incluir las voces a menudo ignoradas, refiero aquí la posición marroquí, pero, especialmente, la voz saharaui que no del Polisario. Hablando del asunto del Sahara, es un hecho que desde España se ha favorecido, en cierto modo, el totalitarismo, pretendiendo que la voz saharaui es el Polisario, ignorando así a los demás saharauis que no se sienten representados por ese movimiento guerrillero que instaló un régimen de corte totalitario en Tinduf (Argelia) y que hasta hoy es tratado con suma deferencia en la prensa y en la academia españolas.
En lo que respecta a las intervenciones, el jurista marroquí Jamal Mechbal aportó su análisis jurídico de la controversia, documentó la evolución del contencioso del Sahara y del proceso que cursa en las Naciones Unidas y del que se ocupa el Consejo de Seguridad. Mechbal evidenció aquello que deliberadamente se ignora en España, donde quienes se ocupan de informar o documentar sobre esa disputa territorial, en realidad, no lo hacen y, más bien, presentan lecturas parciales tendentes a favorecer la posición del Frente Polisario, eso sí, con pretensiones de equilibrio, objetividad y neutralidad cuando, efectivamente, no lo son.
El académico español Bernabé López García invitó a que las partes se «desdemonicen» como condición esencial para avanzar en una solución. Pero, acto seguido, aludió a que desde Marruecos se promueve «el odio al saharaui». Eso es falso, pero es lo usual para referir el enfrentamiento y las descalificaciones que desde Marruecos se hacen al grupo subversivo Frente Polisario. López García señaló que Marruecos no le resulta creíble en diferentes aspectos, a saber: en su transición, en su democratización, en su propuesta de autonomía, en su intención de alcanzar una solución al diferendo territorial del Sahara. No obstante, las respuestas del académico español estuvieron cargadas de obsecuencia y condescendencia con el Polisario. López García mantuvo sus conocidas y discutibles posiciones e interpretaciones que Bachir Edkhil se encargó de aclarar y de precisar y, cómo le dijo el sahariano, es muy difícil pretender que se tiene una mirada realista del país o del territorio del Sahara, sin pisar Marruecos ni el Sahara desde hace años. Esta situación no es excepcional, es una constante manifiesta a menudo en los eruditos y expertos españoles que agitan y arengan la cuestión del Sahara Occidental. Si no visitan el país hace años o desde hace décadas, incluso si nunca lo han pisado, ¿Cómo es posible que tengan la verdad sobre lo que allí ocurre? Algunas falencias podrían tener especialmente cuando se trata de ver la transformación y los avances, limitados y lentos, sí, pero que han tenido lugar en Marruecos. Comparto parcialmente las críticas de López García en temas relacionados con las libertades que, valga decir, no son limitadas solo en el Sahara sino en todo el país. En cambio, lo que si eché en falta fue que el profesor Bernabé López García no haya recibido noticias sobre la deplorable situación de derechos humanos de la población saharaui que, en muchos casos, permanece secuestrada y retenida en territorio argelino, por las tribus en el caso de las mujeres, por el Polisario y los militares argelinos, en el caso de las voces críticas. Todos ellos, claro está, sin libertades de ningún tipo y no por culpa y/o por cuenta de Marruecos.
La notable intervención del intelectual y activista saharaui, Bachir Edkhil, casi que merecería un capítulo aparte por varias razones que comentaré seguidamente. En primer lugar, Edkhil desmintió o desmitificó las miradas trasnochadas españolizantes y lo hizo a partir de los hechos, no de los discursos. El sahariano, fundador y exintegrante del Frente Polisario, habló acerca de la responsabilidad de España en varios asuntos, empezando por la invención del término Sahara Occidental que, por cierto, no conocían los beduinos, habitantes del desierto, hasta el papel del franquismo que impulsó nociones desconocidas para los saharauis en torno a la cuestión identitaria para implantar y/o para exacerbar la tendencia al etnocentrismo, así como la idea de nación y de Estado que no conocían y que estaban completamente ausentes en los beduinos. De otra parte, la izquierda española instaba al enfrentamiento saharaui con Marruecos, algo que los saharauis no buscaban. Luego vendría la posterior absorción de la guerrilla del Frente Polisario por Argelia. Esa situación se mantiene hasta hoy.
En cuanto a la gran noticia del reconocimiento estadounidense de la soberanía de Marruecos sobre el Sahara, Bachir Edkhil recordó a Henry Kissinger y reconstruyó que ya en la Marcha Verde (1975) se vieron banderas de los Estados Unidos. Dijo Edkhil que el país americano no ha sido hostil a la reclamación marroquí. En cuanto a sus críticas e impresiones, que comparto cabalmente, sobre los desafíos del Marruecos actual, refirió necesidades de: ciudadanía, incluso más que de autonomía; transformar la cultura política y las mentalidades de los ciudadanos, sí, pero también de las élites políticas, de los funcionarios y de toda la sociedad en su conjunto; superar el clientelismo y el asistencialismo (que no corrige la pobreza estructural, no sirve, no construye ciudadanía).
Finalmente, Edkhil planteó una crítica punzante y pertinente para los académicos españoles que devinieron en activistas en contra de Marruecos, pero también se ocupó de los políticos españoles que agitan el tema del Sahara en contra de Marruecos, incluso electoralmente, sin decir nunca una palabra acerca de la situación y de los derechos humanos o de las mujeres secuestradas en Tinduf (Argelia). «Lo importante (en España) es ser antimarroquí para tener la razón y eso no es justo», dijo Edkhil, enfático, al señalar que desde la otra orilla solo se ha privilegiado una mirada y una lectura afín al Polisario. Por lo anterior, sostuvo que no hay pluralismo de voces en España para tratar el tema del Sahara. Y, he aquí un cierre magistral: No hay una identidad nacional saharaui, hay identidades tribales, aunque les pese en Argelia, expresó concluyente Bachir Edkhil. Esta realidad evidenciable descrita por Edkhil también desmiente análisis y artículos de expertos españoles, incluso algunos escritos del académico español Bernabé López García quien ha llegado a sostener todo lo contrario.
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