Nombre Oficial: República de Sudáfrica
Capital: Pretoria
Extensión: 1.219.090 km2
Fronteras: La República de Sudáfrica limita al Noroeste con Namibia, al Norte con Botsuana y Zimbabue y al Este con Mozambique y Eswatini.
División Administrativa: 9 provincias
Población: 57.939.000 millones de habitantes
Forma de Gobierno: República parlamentaria (8 de mayo de 1996, aprobada por el Tribunal Constitucional el 4 de diciembre de 1996, con efecto a partir del 4 de febrero de 1997)
Independencia Oficial: 31 de mayo de 1910
Día Nacional: 27 de abril
Religión: Cristianismo 80% (divididas en: Reformada Holandesa, la Anglicana, la Católica Romana, la Metodista, la Presbiteriana y Sión), Judaísmo Ortodoxo y Reformado 1%, Musulmana 1,5% e Hinduismo 1,2%
Idioma: Las lenguas oficiales se dividen en cuatro grupos: nguni, sotho, tsonga y venda (lenguas africanas)
Moneda: Rand Sudafricano
Poder Ejecutivo
Jefe de Estado y Gobierno: Presidente Matamela Cyril Ramaphosa desde el 15 de febrero de 2018 (Jacob Zuma dimitió de la presidencia el 14 de febrero de 2018), está acompañada por el vicepresidente David Mabuza 26 de febrero de 2018; el presidente es electo directamente por la Asamblea Nacional para un mandato de 5 años (elegible para un segundo mandato). Elecciones celebradas por última vez el 22 de mayo de 2019 y las próximas serán en mayo de 2024.
Poder Legislativo
Parlamento Bicameral: Conformado por el consejo nacional de provincias que consta de 90 escaños, donde 10 miembros son designados por cada una de las 9 legislaturas provinciales para un mandato de cinco años. Última elección celebrada el 8 de mayo de 2019, y las próximas en celebrarse serán en 2024.
Nota: El consejo tiene facultades especiales para proteger los intereses regionales, incluida la salvaguardia de las tradiciones culturales y lingüísticas de las minorías étnicas.
Asamblea Nacional: Consta de 400 escaños, y sus miembros son elegidos directamente en circunscripciones con representación proporcional por sufragio proporcional para desempeñar mandatos de cinco años. Última elección celebrada el 8 de mayo de 2019, y las próximas en celebrarse serán en 2024.
Poder Judicial
Tribunal Supremo de Apelaciones: Compuesto por el presidente del tribunal, el vicepresidente (nombrados por el presidente nacional previa consulta con la Comisión de Servicios Judiciales), y 21 jueces (nombrados por el presidente nacional a propuesta del consejo de la magistratura judicial y que ejerzan sus funciones hasta su destitución por ley del parlamento).
Tribunal Constitucional: Integrado por el presidente, los magistrados (nombrados por el presidente de Sudáfrica tras celebrar consultas con el consejo supremo de la república y con los jefes de la asamblea nacional), el vicepresidente y nueve jueces (nombrados por el presidente nacional, con previa consulta con el presidente del tribunal supremo y los dirigentes de la asamblea nacional; para cumplir mandatos no renovables de 12 años o hasta los 70).
Tribunales subordinados: Tribunales superiores; Tribunales de primera instancia; Tribunales laborales y Tribunales de reclamaciones sobre tierras.
Economía
Sudáfrica es un mercado emergente de ingresos medios con una abundante oferta de recursos naturales; sectores financieros, jurídicos, de comunicaciones, energía y transporte bien desarrollados; y una bolsa de valores que es la más grande de África y una de las 20 principales del mundo. El crecimiento económico se ha desacelerado en los últimos años, disminuyendo a un 0,7% en 2017. El desempleo, la pobreza y la desigualdad – entre los más altos del mundo – siguen siendo un desafío. El desempleo oficial es aproximadamente el 27% de la fuerza de trabajo, y es significativamente mayor entre los jóvenes negros. Aunque la infraestructura moderna del país apoya una distribución relativamente eficiente de bienes a los principales centros urbanos de toda la región, el suministro inestable de electricidad retrasa el crecimiento. Eskom, la compañía estatal de energía eléctrica está construyendo tres nuevas centrales eléctricas e instalando nuevos programas de gestión de la demanda de energía para mejorar la fiabilidad de la red eléctrica, pero ha estado plagada de acusaciones de mala administración y corrupción y enfrenta una carga de deuda cada vez mayor.
La política económica de Sudáfrica se ha centrado en controlar la industrialización y al mismo tiempo empoderar una base económica más amplia; sin embargo, el país se enfrenta a limitaciones estructurales que también limitan el crecimiento económico, como escasez de conocimientos especializados, disminución de la competitividad mundial, y frecuentes paros de trabajo debido a la acción de huelga. El Gobierno se enfrenta a la creciente presión de los sectores urbanos para mejorar la prestación de servicios básicos a las zonas de bajos ingresos, a fin de aumentar el crecimiento del empleo, y proporcionar educación universitaria a precios asequibles. Las luchas políticas internas entre el partido gobernante de Sudáfrica y la volatilidad del rand ponen en riesgo el crecimiento económico. A los inversores internacionales le preocupa la estabilidad económica a largo plazo del país; a finales de 2016, la mayoría de las principales agencias internacionales de calificación crediticia rebajaron la calificación de la deuda internacional de Sudáfrica a bonos basura.
Notas
Con información de la Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España y The World Factbook — Central Intelligence Agency (CIA). Elaboración CPLATAM -Análisis Político en América Latina- ©
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