La cuestión del Sahara en América Latina y la pérdida de apoyos del Frente Polisario en la región

Por Clara Riveros*

La cuestión del Sahara en América Latina ocupa un lugar marginal a nivel político pero también en la academia y en el espectro mediático e informativo. ¿Por qué? Porque se percibe como un tema lejano y efectivamente lo es. No es una prioridad en la medida que no impacta directa o indirectamente en la región. No es un tema que afecte la seguridad nacional de ningún Estado latinoamericano o que incida de algún modo en los temas sensibles de los países de la región.

La aproximación académica al contencioso del Sahara denota carencias y falta de equilibrio en el manejo de las fuentes y de la bibliografía. No se consideran las fuentes académicas marroquíes que permitirían conocer el tema en una dimensión más amplia. La lectura o posición dominante (si se considera que en las omisiones y vacíos un académico puede estar posicionándose de manera sutil aunque no sea, necesariamente, militante de una causa), sugiere un cierto “colonialismo académico” en el tratamiento de la controversia al acudir principalmente a las fuentes académicas españolas. Algo similar ocurre a nivel informativo donde la referencia inmediata es el sistema de medios español y la Agencia EFE cuya información muchas veces se reproduce de manera textual en los medios de comunicación latinoamericanos.

​Es de señalar que la diplomacia marroquí asumió un rol proactivo y, desde hace algunos años, juega de manera más estratégica y dinámica en América Latina respecto a las décadas pasadas. Lo anterior explica en buena medida el retroceso y la pérdida de apoyos del Frente Polisario en la región. Por su parte, el Frente Polisario mantiene un delegado para América Latina y el Caribe, además de asignar delegados en diferentes países de la región. Los países que reconocen a la RASD los reciben como embajadores. Cuba y Venezuela son sus apoyos más importantes en la actualidad. Los países que no reconocen —o que han suspendido el reconocimiento— a esa entidad toleran en muchos casos la presencia de los delegados del Polisario que tienden a presentarse como embajadores en diferentes actividades proselitistas y propagandísticas. Los toleran por varias razones que pueden estar relacionadas con valores democráticos de libertad de expresión y de manifestación, también porque es un activismo marginal y sin mayor impacto en la escena política y social latinoamericana.

Repliegue del Frente Polisario y posicionamiento de Marruecos en América Latina

  • ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América): esta alianza agrupa al bloque de países que impulsaron el socialismo del siglo XXI. Fue creada por Venezuela y Cuba en 2004 y reunió a gobiernos/países en torno a afinidades políticas e ideológicas. Venezuela y Cuba son socios de Argelia y han favorecido e impulsado al Polisario frente a los otros países del ALBA (Bolivia, Ecuador, Nicaragua) que reconocen a la RASD[1]. Es de señalar que Cuba mantiene su relación con el Polisario pero restableció relaciones diplomáticas con Marruecos tras la ruptura que duró 38 años. Boughaleb Elattar presentó sus cartas credenciales como embajador del Reino de Marruecos a Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba, a finales de junio de 2018. El fin de la era de Rafael Correa en Ecuador ha traído cambios considerables en la política exterior ecuatoriana. Su sucesor y ex correligionario, Lenín Moreno, abandonó el bloque del ALBA (agosto, 2018) y tomó distancia de Venezuela. La diplomacia marroquí trabaja para mejorar su posición en Ecuador.
  • A nivel de parlamentos

El contacto a nivel legislativo entre parlamentarios marroquíes y latinoamericanos ha favorecido o reforzado la posición de Marruecos en América Latina. Los Congresos de diferentes países de la región han emitido comunicaciones de apoyo a la integridad territorial del Reino de Marruecos. Marruecos también está presente en parlamentos regionales como país observador.

Parlamento Andino: instancia que reúne a los países andinos (Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Colombia) y del que Marruecos es observador (1996). Marruecos renovó su estatus en 2018. El Parlamento Andino respalda la búsqueda de una solución al contencioso del Sahara en el marco de las Naciones Unidas considerando la iniciativa de autonomía para la resolución de la cuestión propuesta por Marruecos.

PARLACEN (Parlamento Centroamericano): está integrado por Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, República Dominicana y Panamá. Marruecos es observador permanente desde 2015.

  • México y algunos países centroamericanos (Panamá, El Salvador, Nicaragua) reconocen esa entidad. El Frente Polisario tiene presencia y cuenta con reconocimientos en esta zona geográfica. Por ejemplo, el delegado del Polisario en Nicaragua, Suliman Tieb Henan, es concurrente en El Salvador, país gobernado por Salvador Sánchez Cerén (2014-2019), del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Habrá que ver, sin embargo, qué posición asume el nuevo gobierno de Nayib Armando Bukele Ortezel (exFMLN), quien resultó electo en los comicios que tuvieron lugar el 3 de febrero (2019), por el partido Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA). Panamá fue el primer país de América Latina que reconoció al Polisario. En 2013 retiró su reconocimiento a la RASD pero volvió a otorgárselo en enero de 2016.
  • Argentina, Brasil y Chile nunca han reconocido a la RASD, pero toleran la presencia de los delegados del Polisario. Uruguay mantiene su reconocimiento a esa entidad.

Perú

Para hablar de la pérdida de apoyos del Frente Polisario en Perú es preciso mencionar lo acaecido con Jadiyetu El Mohtar en 2017. Autoridades migratorias señalaron que El Mohtar tenía impedimento para ingresar a Perú por haber infringido su estatus migratorio (turista con pasaporte español) durante una visita previa que duró 70 días, entre el 10 de junio y el 18 de agosto (2017). El 9 de septiembre (2017), la activista quiso ingresar nuevamente a ese país pero ante el impedimento de las autoridades migratorias decidió permanecer voluntariamente en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez durante 18 días. El Mohtar rehusó el reembarco y retorno al país de origen (España), forzando su presencia en la zona restringida de Migraciones se negó a recibir la atención de la sala VIP que le ofreció la línea aérea durante el periodo que pasó en el aeropuerto. La Superintendencia Nacional de Migraciones recordó que las relaciones diplomáticas entre Perú y la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) están suspendidas desde 1996 y por ello “el Gobierno peruano no reconoce el ejercicio oficial de representación y gestiones a delegaciones de la RASD”. Subrayó que “El Gobierno peruano no está considerando el restablecimiento de las relaciones diplomáticas”.  La activista finalmente fue embarcada a España luego de una puesta en escena de más de tres semanas. El comunicado de la Cancillería del Perú fue concluyente. En “relación al caso de la ciudadana española Jadiyetu El Mohtar Sidahmed”:

«Por Resolución de la Superintendencia Nacional de Migraciones de 18 de agosto último, se estableció el impedimento de ingreso al Perú de la señora El Mohtar Sidahmed por haber infringido su calidad migratoria de turista durante su reciente estadía en nuestro país.
La ciudadana española permanece voluntariamente en el aeropuerto internacional de Lima puesto que rehúsa reembarcarse a su país de origen, y no aceptó las facilidades ofrecidas por la Superintendencia Nacional de Migraciones.
Se debe precisar que las relaciones diplomáticas con la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) están suspendidas desde el año 1996, por lo que el Gobierno peruano no reconoce el ejercicio oficial de representación y gestiones diplomáticas a delegados de la RASD en nuestro país.
El Gobierno peruano no está considerando el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con la RASD.
Las autoridades migratorias han respetado los derechos de la señora El Mohtar Sidahmed, quien se encuentra asistida en todo momento por el Consulado General de España en Lima.
En cumplimiento de las normas migratorias peruanas, corresponde el inmediato retorno de la señora El Mohtar Sidahmed a España».

Quienes siguen la cuestión del Sahara en Perú observan que lo acaecido con Jadiyetu El Mohtar le ha restado simpatizantes a la causa del Polisario en ese país y, en esa medida, diferentes activistas y simpatizantes han ido replegándose y marginándose con más o menos ruido de la militancia pro-Polisario (el caso de Sánchez Serra es ilustrativo a este respecto).

Colombia

El gobierno conservador de Belisario Betancur reconoció a la RASD el 27 de febrero de 1985. En 2001 el presidente conservador Andrés Pastrana congeló el reconocimiento a esa entidad. El 7 de mayo de 2014 el Senado colombiano aprobó la proposición 160/2014 en la que se instó al presidente Juan Manuel Santos a restablecer relaciones con la RASD. Los congresistas colombianos que promovieron esa iniciativa también viajaron a los campamentos de Tinduf (Argelia) que administra el Frente Polisario.

El 16 de diciembre de 2015 se aprobó en plenaria del Senado la realización de un evento sobre el Sahara (proposición No. 61). La proposición fue presentada por los senadores Horacio Serpa y Juan Manuel Galán del Partido Liberal, Carlos Fernando Galán de Cambio Radical, Roy Barreras del Partido de la U, Antonio Navarro del Partido Verde y Jorge Enrique Robledo del Polo Democrático. Entre febrero y marzo de 2016 los legisladores que promovieron esta iniciativa estuvieron promocionando la actividad como un seminario internacional. “El Senado de la República realizará el seminario internacional Sahara Occidental: la última colonia en África”. Además de la presencia del senador Jorge Robledo y de otros parlamentarios, participaron Suelma Beiruk, vicepresidente del Parlamento Panafricano; Jati Aduh, representante del Polisario; Omar Mansur, delegado del Polisario para América Latina; Francesco Bastagli, ex enviado especial del secretario de las Naciones Unidas para el Sahara; y Carlos Ruiz Miguel, jurista español, reconocido activista de la causa del Polisario.  El evento tuvo lugar el 30 de marzo de 2016 en el Salón Constitucional del Congreso de la República de Colombia y fue inaugurado por el presidente del Legislativo, Luis Fernando Velasco.

Aquello que se anunció como un seminario internacional resultó ser un acto de propaganda del Polisario en el que se repartieron insignias de la RASD y se tomaron fotografías del público. Muchos de los asistentes no tenían conocimiento del tema que allí se trataba, como indicaron algunos estudiantes en visita escolar para conocer el Congreso. No obstante, los organizadores de la actividad los invitaron a pasar al interior de la Sala Constitucional, les entregaron insignias y les tomaron fotografías con la intención de crear un efecto de realidad y magnificar los apoyos colombianos al Polisario. En el evento estuvo presente el delegado del Polisario en ese país quien fue presentado a los asistentes como embajador de la RASD en Colombia cuando Colombia no mantiene relación con esa entidad. La acción y reacción por parte de la diplomacia marroquí en Colombia fue inadecuada y tardía.

El cambio de embajador de Marruecos en Colombia se produjo hacia el final de 2016. La nueva embajadora, Farida Loudaya, asumió un rol proactivo que ha permitido un mejor posicionamiento del país magrebí en ese país andino, gracias a una gestión notable, especialmente, en lo que respecta a la cuestión del Sahara.

En abril de 2017 la Comisión II del Senado colombiano aprobó una resolución en la que saludó la Resolución 2351 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en relación con la cuestión del Sahara. La Comisión respaldó los esfuerzos desplegados por Marruecos desde 2007 para alcanzar una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable sobre la base de la iniciativa marroquí para la negociación de un Estatuto de Autonomía en la Región del Sahara que ha sido calificada como “preeminente, seria, creíble y realista” por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y por la Comunidad Internacional, según explicó el Senado colombiano en el documento emitido. La Comisión también expresó su gran preocupación por la persistencia de graves violaciones de los derechos humanos perpetradas por el Frente Polisario en los campamentos de Tinduf al impedir la libertad de movimiento, de expresión y de manifestación, además de prácticas como el secuestro, la tortura y la represión de la población retenida en los campamentos cuyas víctimas son en gran parte niños y mujeres, citó el Senado y enfatizó en la necesidad de coordinar esfuerzos para salvaguardar la estabilidad y garantizar la seguridad en la región del Magreb y del Sahel frente a las amenazas terroristas y las redes de todo tipo de tráfico: “Solo una solución política negociada que preserve la integridad territorial del Reino de Marruecos, es capaz de favorecer la paz y la estabilidad en esta región”.

La Comisión del Senado colombiano también destacó el buen clima de la relación bilateral, la voluntad de fortalecer la cooperación a nivel legislativo y la oportunidad óptima para profundizar los lazos entre Colombia y Marruecos en todos los ámbitos (político, económico, comercial, cultural, humano, social), asimismo la pertenencia y pertinencia de Marruecos en la Alianza del Pacífico como país observador del bloque de integración económica creado por Chile, Perú, México y Colombia. En ese sentido, se afirmó que Marruecos puede constituirse en plataforma de la Alianza del Pacífico para la expansión de las empresas e inversiones colombianas en los mercados africanos. En mayo de 2017 la Comisión II de la Cámara de Representantes adoptó una resolución en los mismos términos.

Comunicado de prensa respecto a la República Árabe Saharaui Democrática

El 24 de abril de 2018 la Cancillería de Colombia emitió un comunicado —“En atención a recientes eventos en los cuales una persona se ha presentado como representante diplomático de la República Árabe Saharaui Democrática acreditado ante el Gobierno de Colombia”— con aclaraciones oportunas por parte de la cartera de Exteriores al neutralizar la usurpación de funciones diplomáticas que se arrogaba el Polisario en territorio colombiano:

«Colombia ha apoyado los esfuerzos de la comunidad internacional para que se dé una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable al conflicto sobre el Sahara occidental, de conformidad con lo estipulado en las resoluciones adoptadas por la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
El Gobierno de Colombia al haber congelado hace varios años el reconocimiento a la República Árabe Saharaui Democrática, esta no tiene ni representación diplomática ni embajador acreditado ante el Gobierno colombiano».

Según informaciones de medios colombianos el comunicado de Cancillería se expidió en respuesta a una actividad programada por la Universidad Pedagógica Nacional para abordar el contencioso del Sahara con la participación del delegado del Polisario que pretendía presentarse como embajador de la RASD en Colombia.

En mayo de 2018 el Senado colombiano creó el grupo de amistad colombo-marroquí. No existía anteriormente y en su primera fase fue presidido por el senador Iván Name Vásquez del Partido Verde, quien fungía como presidente de la Comisión II del Senado. Finalizando mayo, en el mismo Salón Constitucional del Congreso de la República de Colombia donde dos años antes tuvo lugar el evento propagandístico del Polisario, la embajadora Loudaya recibió del Senado colombiano la Condecoración Orden Mérito a la Democracia en grado de Gran Comendador como reconocimiento a su labor diplomática tendente a la profundización de las relaciones entre Colombia y Marruecos. Un signo evidente de la eficacia diplomática marroquí que ha sabido redimensionar su relación y posición en Colombia en esta nueva fase de la relación bilateral.

Logo conmemorativo de los 40 años de relaciones diplomáticas Colombia-Marruecos

En diciembre de 2018 las dos Cámaras del Congreso, Senado y Cámara de Representantes, aprobaron una resolución de apoyo a la integridad territorial de Marruecos respecto al contencioso del Sahara. Finalizando enero (2019), en el marco del cuadragésimo aniversario de las relaciones diplomáticas entre la República de Colombia y el Reino de Marruecos, los senadores colombianos en visita oficial a Marruecos, liderados por el presidente de la Comisión II del Senado, Jaime Durán Barrera, se reunieron con los representantes marroquíes y con el canciller Nasser Bourita. Jaime Durán Barrera, presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales y Defensa del Senado de Colombia, señaló que el Estado colombiano respalda los esfuerzos desplegados desde 2007 por el Reino de Marruecos para la negociación de un Estatuto de Autonomía para la región del Sahara preservando la soberanía e integridad territorial de Marruecos que permitirá alcanzar una solución política, justa y duradera al diferendo regional africano. En la reunión con el canciller marroquí se trataron otros temas como la eliminación de visados entre los dos países, el establecimiento de vuelos directos, la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo y el interés de los dos países en el desarrollo de energías limpias. También abordaron la situación de Venezuela. Los congresistas colombianos expresaron su preocupación por las actuaciones del Frente Polisario y la persistencia de prácticas que degradan la dignidad humana de la población de los campamentos de Tinduf.

En febrero (2019), una delegación de representantes de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes liderada por el presidente de la Comisión, Anatolio Hernández Lozano, reiteró su apoyo a la propuesta de autonomía de Marruecos para la resolución de la cuestión del Sahara. El representante Germán Alcides Blanco Álvarez destacó en Rabat la aprobación —en el Congreso colombiano— de una resolución de pleno apoyo a la soberanía y a la integridad territorial de Marruecos. “Apoyar y respetar la integridad territorial de un Estado amigo es lo mínimo que podemos hacer por un aliado estratégico”, según recogieron medios marroquíes. Por su parte, Hernández Lozano agradeció el respaldo del Reino de Marruecos a la consolidación de la paz en Colombia, a la vez que reiteró el respaldo desde el Legislativo colombiano a la soberanía marroquí.

Lo descrito en estas líneas permite apreciar que el panorama en relación con la cuestión del Sahara en Colombia ha cambiado drásticamente desde la llegada de la actual embajadora y, al día de hoy, la balanza parece inclinarse en favor de Marruecos. Es evidente que hubo un cambio de estrategia en la diplomacia marroquí que ha permitido mejorar la posición de Marruecos en Colombia.

Argentina

“En el caso de Argentina, tradicionalmente procuró mantener un justo equilibrio para salvaguardar sus buenas relaciones tanto con Argelia como con Marruecos. En los años noventa, a pesar del privilegio dado a las relaciones con el Reino, trató de conservar la tradicional equidistancia en torno al asunto [del Sahara]”, según reconstruyó el académico argentino Juan Vagni (2014), quien referenció en su análisis un documento de la Cancillería argentina en el que se consideraba que el asunto del Sahara, al estar en el Comité de Descolonización de la IV Comisión de las Naciones Unidas y al ser parte de los territorios no autónomos, debía continuar bajo la órbita de competencia del Comité Especial de Descolonización. Sobre este particular, es de señalar que el 9 de octubre de 2017, Omar Hilale, representante permanente de Marruecos ante Naciones Unidas en Nueva York, reiteró —durante su intervención ante la IV Comisión de la ONU— el respeto a los principios de la Carta de las Naciones Unidas, principalmente al artículo 12.1. Hilale enfatizó en la necesidad de retirar la cuestión del Sahara de la Asamblea General puesto que el Consejo de Seguridad ya se ocupa del diferendo.

Marruecos ha pedido a la Asamblea General que deje de actuar de manera Ultra vires y se aleje del dossier del Sahara para permitir que el Consejo de Seguridad lleve el proceso de negociación sin interferencias en aras de llegar a una solución política negociada y mutuamente aceptable. El tema del Sahara, según observó el embajador Hilale, no es un tema de descolonización sino de completar la integridad territorial de Marruecos ya que el Reino reintegró definitivamente al Sahara en 1975, de conformidad con las resoluciones de la Asamblea General, del Consejo de Seguridad y de la Carta de las Naciones Unidas.

En relación con la cuestión del Sahara, es de señalar que Argentina también integró la MINURSO desde su creación en 1991. En ese momento, Argentina colaboró con quince observadores militares y quince policías civiles, además participó en las gestiones de liberación de ex prisioneros marroquíes. Vagni precisó que en 2002 el informe anual de Cancillería apuntó a “mantener un justo equilibrio para salvaguardar nuestras muy buenas relaciones laterales con aquellos países de la región que mantienen conflictos que se han suscitado entre Argelia y Marruecos por la cuestión de Sáhara Occidental”. Durante la visita del rey Mohamed VI a la Argentina (2004), el monarca marroquí mantuvo un encuentro con el presidente Néstor Kirchner, ocasión en la que suscribieron un acuerdo cultural, científico y educativo. El presidente Kirchner reiteró la posición argentina respecto a la cuestión del Sahara e insistió en el “apoyo a los esfuerzos de las Naciones Unidas para alcanzar una solución política negociada, definitiva y aceptable para las partes involucradas”.

Argentina nunca ha reconocido a la RASD. Ni siquiera durante la era Kirchner (siendo ampliamente conocida la cercanía de la presidente Cristina Fernández de Kirchner con el bloque del ALBA). Según indicaron algunas fuentes la mandataria se habría resistido a cierta presión por parte de Venezuela y de Cuba para reconocer a esa entidad. Argentina sigue sin reconocer a la RASD, aunque tolera la presencia de activistas y delegados del Polisario que realizan algunas actividades propagandísticas en diferentes escenarios académicos y sociales.

En 2017 el gobierno de Mauricio Macri envió una delegación oficial a Marruecos encabezada por la vicepresidente Gabriela Michetti quien mantuvo reuniones con los ministros de Industria, Agricultura y Turismo y con el jefe del gobierno marroquí, Saâdeddine El Otmani. La delegación argentina estuvo integrada por los secretarios de Agricultura, Ganadería y Pesca, Ricardo Negri; y de Comercio, Miguel Braun; y por el jefe de gabinete de la Secretaría de Relaciones Internacionales, Pablo Quirno, con el objetivo de abrir nuevos mercados en África para los productos argentinos. “Marruecos es un socio estratégico de la Argentina en África ya que es la puerta de entrada para otros países en este continente”, expresó Michetti durante su visita. Al parecer no hizo referencia a la cuestión del Sahara. El objetivo de la misión argentina en esta ocasión se orientó a la apertura de nuevos mercados para los productos argentinos y, en ese sentido, la vicepresidente expresó el interés de su país en retomar la relación y negociación del bloque Mercosur con Marruecos.

Chile

Chile nunca ha reconocido a la RASD, aunque hubo esfuerzos en esa dirección promovidos por parlamentarios chilenos para que se otorgase el reconocimiento a esa entidad. En Chile, como en otros países de la región, los simpatizantes del Frente Polisario y los legisladores que promueven esa causa tienden a magnificar y a instrumentalizar políticamente el impacto del magro activismo pro-Polisario. Los proyectos de acuerdos que promovieron algunos parlamentarios chilenos en relación con el reconocimiento de la RASD se inscriben en la capacidad de hacer propuestas facultativas sobre múltiples temas al poder Legislativo, lo que no significa que una cuestión que se aborda en plenaria de la Cámara o del Senado cuente con apoyo y respaldo unánime del Congreso de la República. Lo que queda es la constancia de que ha sido un tema tratado en la agenda del día, expuesto por un parlamentario (con apoyo de un grupo de legisladores), sin que muchas veces esos proyectos de acuerdo lleguen a convertirse en una verdadera presión para el gobernante de turno. Resulta llamativo en el caso de Chile las reiteradas propuestas que elevaron algunos congresistas a los gobiernos Bachelet y Piñera, dando cuenta, finalmente, de la pérdida de apoyos que sufrió la causa del Polisario en el Congreso de Chile en el periodo 2007-2016.

Nótese que en septiembre de 1999 la Cámara de Diputados de Chile aprobó un proyecto de Acuerdo (N°296), por el cual diputados chilenos solicitaron al presidente de la República Eduardo Frei Ruiz-Tagle el reconocimiento de la RASD y el establecimiento de relaciones diplomáticas. A finales de noviembre de ese año, el canciller de Chile, Juan Gabriel Valdés, le comunicó al Polisario la intención de Chile de reconocer a esa entidad. El reconocimiento, sin embargo, no llegó a hacerse efectivo. En octubre de 2007, bajo el gobierno de la presidente Michelle Bachelet, 63 diputados de la Cámara de Diputados le solicitaron a la presidente el reconocimiento de la RASD. En julio de 2009, en la Cámara de Diputados de Chile, nuevamente se aprobó un proyecto de Acuerdo (N°826) en el que algunos legisladores solicitaron a la presidente el rápido reconocimiento de la RASD. El reconocimiento, no obstante, no llegó a efectuarse.

En agosto de 2010, en la Cámara de Diputados, se aprobó un proyecto de Acuerdo (N°134) en el que algunos legisladores solicitaron al presidente Sebastián Piñera el reconocimiento de la RASD sin más dilaciones. En la Sesión 21ª del Senado, del miércoles 23 de mayo de 2012, el senador chileno Alejandro Navarro expresó que la presión marroquí ha obstruido el reconocimiento de Chile a la RASD. Navarro refirió el Acuerdo (N°134) votado en agosto de 2010 por diputados de la Cámara de Diputados que le solicitaron al presidente Piñera el reconocimiento definitivo de la RASD y precisó que dicho Acuerdo fue votado por cinco Diputados de la UDI y dos de Renovación Nacional, según él, esa sería la prueba de la “transversalidad de la causa” del Polisario al interior del Congreso chileno. Navarro solicitó al presidente Piñera y al canciller Alfredo Moreno recoger las numerosas peticiones del Congreso y conceder el reconocimiento a la RASD. El senador subrayó su cercanía con el secretario del Polisario, Mohamed Abdelaziz, a quien había visto, según dijo, al menos en tres ocasiones. Durante su intervención Navarro insistió en que la RASD debía tener el mismo reconocimiento que Marruecos y afirmó que Chile estaba en deuda con el Polisario, por la dilación al reconocimiento de la RASD, razón tal por la que el presidente debía promover la apertura de la embajada de esa entidad en Chile.

La respuesta de la Cancillería de Alfredo Moreno fue de rechazo categórico al reconocimiento de esa entidad, según precisaron algunas fuentes consultadas. El gobierno Piñera habría fundamentado su rechazo al reconocimiento de la RASD en virtud del Derecho Internacional, poniendo fin a la solicitud y exigencia recurrentes de los parlamentarios chilenos amigos del Polisario. El gobierno de Sebastián Piñera observó en ese momento que la RASD no reúne los atributos de un Estado (pueblo, territorio, autoridad, monopolio de la fuerza, ejercicio de soberanía por mandato de la ciudadanía) y, por lo mismo, otorgar el reconocimiento a esa entidad no era posible. En abril de 2014, nuevamente en la Cámara de Diputados se aprobó un proyecto de Acuerdo (N°006) en el que algunos legisladores reiteraron la solicitud hecha a la presidente Bachelet en su primer mandato con el fin de reconocer a la RASD. En abril de 2016, un nuevo proyecto de Acuerdo (N°560) firmado por 20 diputados (10 autores y 10 adherentes) de la Cámara de Diputados reiteró a la presidente Bachelet su solicitud de formalizar el inmediato reconocimiento de la RASD.

El no reconocimiento de la RASD pese a la persistencia de algunos congresistas chilenos le ha impedido al Frente Polisario alcanzar una presencia visible en la escena política chilena. Los delegados del Polisario son activistas que hacen proselitismo de su causa y sus simpatizantes (Asociación Chilena de Amistad con el Pueblo Saharaui que preside Esteban Silva) promueven un activismo que, aunque tolerado, no deja de ser marginal y sin mayor impacto a nivel político y social. De hecho, el delegado del Polisario que arribó a Chile de manera permanente en 2012, se vio maniatado y forzado a dejar el país dos años más tarde. Lo hizo señalando públicamente su imposibilidad de cumplir con la misión que le fue encomendada en un país dónde Marruecos supo imponer su presencia.

Marruecos avanzó y consolidó su posicionamiento en Chile entre 2007 y hasta 2016. Lo anterior se tradujo en la pérdida ostensible y ascendente de apoyos del Frente Polisario en el Congreso de la República. El Polisario perdió, en el periodo citado, el respaldo de unos 40 diputados de la Cámara de Diputados, considerando los proyectos de Acuerdo firmados en este tiempo. Otro tanto ocurrió en el Senado. Prueba de ello fue la resolución que emitió el Congreso de Chile, Cámara de Diputados y Senado, en respaldo a la integridad territorial del Reino de Marruecos y a su propuesta de autonomía para la resolución de la cuestión del Sahara. Ese pronunciamiento desde el Legislativo ha de interpretarse como el resultado del trabajo desempeñado por la representación marroquí desde 2007 y hasta 2016 a cargo del embajador Abdelkader Chaui en la que constituyó una apuesta diplomática dinámica, proactiva y estratégica del Reino de Marruecos en ese país. En el periodo citado las relaciones bilaterales entre Chile y Marruecos tuvieron un gran impulso. Por primera vez se realizaron visitas oficiales de alto nivel tanto de autoridades y representantes chilenos a Marruecos como de autoridades y representantes marroquíes a Chile, además del fluido intercambio legislativo con múltiples visitas de parlamentarios chilenos a Marruecos y de parlamentarios marroquíes a Chile[2].

Lo expuesto hasta ahora permite comprender que, a diferencia de lo acaecido en Colombia, la embajadora de Marruecos designada en Chile, Kenza El Ghali, que se posesionó en el cargo hacia finales de 2016, encontró un camino allanado y tuvo el privilegio de cosechar los frutos del trabajo realizado durante ocho años por su antecesor. Situación que se hizo evidente en el reconocimiento y apoyo del Congreso de Chile a la iniciativa marroquí para la autonomía del Sahara a los pocos meses de que la actual embajadora hubiera asumido su cargo. La embajadora ha dado continuidad, sin mayores sobresaltos y sin mayores novedades, al camino trazado por el embajador que la precedió, especialmente en lo que respecta a mantener el buen clima de las relaciones con el Congreso de Chile.

No obstante, es de subrayar que pese a la simpatía manifiesta de algunos académicos marroquíes para con Kenza El Ghali, la gestión y el desempeño diplomático de la embajadora no ha recibido una valoración del todo favorable y, en cambio, ha suscitado algunas críticas de expertos marroquíes en lo que respecta a su desempeño como diplomática por el desconocimiento de la política exterior del Reino. Hay quienes sugieren que su gestión no ha estado a la altura del legado que recibió de su antecesor y que siempre entraña un riesgo el nombramiento de actores políticos en un cargo de representación diplomática, toda vez que el trabajo diplomático ha de realizarse con un grado considerable de habilidad, destreza y experticia en ese campo. La situación acaecida con el embajador de Irán ilustraría el desconocimiento, la falta de experticia diplomática, las carencias informativas, así como el denotado interés de la embajadora El Ghali en la diplomacia cultural y/o paralela que excede su función diplomática como representante (oficial no paralela) del Reino de Marruecos en Chile.

Valga recordar que Marruecos rompió relaciones diplomáticas con Irán y el tema recibió considerable despliegue informativo en Marruecos y, probablemente, a nivel interno en Cancillería debió circular la información para poner al tanto a todos los embajadores y funcionarios diplomáticos sobre la ruptura de las relaciones diplomáticas con ese país. Sin embargo, meses más tarde, la embajadora de Marruecos en Chile, según reseñó la prensa marroquí, invitó oficialmente a su homólogo iraní Abolfazl Khazaee Torshizi a una reunión y congreso internacional sobre diplomacia cultural organizado por la embajada marroquí, es decir, por Marruecos en Chile.

El embajador de Irán respondió a la invitación y tomó su lugar entre los asistentes al evento, según la información que suministró el diario Al Akhbar en su entrega del jueves 8 de agosto (2018), información que fue reproducida por el sistema de medios marroquí. Según este diario, el embajador iraní aceptó la invitación y acudió al evento organizado bajo el tema “La diplomacia cultural como un puente de diálogo entre civilizaciones”. El diplomático iraní incluso ocupó un lugar en la primera fila entre los participantes con otros diplomáticos invitados por Marruecos. Al Akhbar precisó que cuando la Cancillería marroquí le exigió explicaciones a la embajadora, la ex parlamentaria y militante del Istiqlal, respondió que no estaba al tanto de la ruptura de las relaciones diplomáticas entre los dos países. Marruecos rompió relaciones diplomáticas con Irán en protesta contra la colusión de la organización terrorista Hezbolá (ligada a Irán) con el Frente Polisario. El ministerio de Relaciones Exteriores y de Cooperación Internacional del Reino de Marruecos (MAECI) señaló haber obtenido evidencia irrefutable de que la organización chií libanesa estuvo entrenando al Polisario y supervisando militarmente a sus milicias armadas. Al consultar, meses atrás, a la embajadora sobre su responsabilidad en la invitación a su homólogo Abolfazl Khazaee Torshizi, El Ghali negó haber invitado al embajador iraní a esa actividad.

Un asunto que llama la atención de la actual gestión de la embajada de Marruecos en Chile tiene que ver con la disminución del Centro Cultural Mohammed VI para el Diálogo de Civilizaciones que posicionó el anterior embajador para el conocimiento y la comprensión de diversos aspectos relacionados con Marruecos no solo en Chile sino en diferentes países de la región. El Centro Cultural Mohammed VI alcanzó, en los años anteriores, cierta visibilidad a través de la producción y la edición considerable de obras y de publicaciones sobre temas diversos. Lo anterior le valió el reconocimiento por parte de académicos latinoamericanos en diferentes ocasiones.

En los dos últimos años ha podido apreciarse la disminución de obras publicadas y la disminución en el tiraje de las publicaciones del Centro Cultural Mohammed VI. Convendría revisar el desempeño y participación —¿la hubo?— del Centro Cultural Mohammed VI en la última Feria del Libro de Santiago desde una perspectiva comparada en relación con los años anteriores. Finalmente, merece un breve comentario lo acaecido durante la última Feria del Libro de Casablanca —25ª edición del Salon international de l’édition et du livre à Casablanca (SIEL)— donde el Centro Cultural Mohammed VI participó —en la Feria del Libro más importante de Marruecos— sin libros (apenas envió tres ejemplares para quienes presentaron algunos autores y sus respectivas obras). Cuando el público asistente preguntó cómo y dónde se adquirían los libros del Centro Cultural Mohammed VI se hizo manifiesto que no enviaron ejemplares desde Chile. ¿Se subestima la importancia de las publicaciones? Las explicaciones a este respecto, incluidas las de la embajadora, han sido contradictorias. El Ghali podría valorar la ventaja comparativa que tiene respecto a sus homólogos marroquíes designados en otros países de la región. El Centro Cultural Mohammed VI cuenta con instalaciones y con recursos para su funcionamiento. Por consiguiente, la embajada de Marruecos en Chile tiene un mayor margen de acción en términos culturales para la edición y la promoción de publicaciones a diferencia de las otras embajadas de Marruecos en América Latina.

Observaciones finales

Marruecos cuenta con universidades, con expertos y con académicos de reconocida trayectoria y con múltiples publicaciones científicas en diversas áreas en torno al Sahara y a la cuestión del Sahara, pero todavía deben abrirse los canales para que los expertos marroquíes tengan ocasión de presentar sus investigaciones en diferentes espacios de la comunidad académica y social latinoamericana. Incluso, pensando en una mejor comprensión de la cuestión en los países hispanohablantes, podría avanzarse en la traducción al español de las obras más notables de académicos y de expertos marroquíes que han publicado sus investigaciones principalmente en árabe y en francés sobre este tema. Quizá avanzar en ese sentido permita que las universidades y medios latinoamericanos tengan un grado de apertura y empiecen a considerar fuentes y bibliografía marroquí al abordar la controversia del Sahara.

La cuestión del Sahara —en tanto permanezca irresuelta— continuará siendo prioritaria para la política exterior del Reino de Marruecos. Se trata de la integridad territorial del país. Es evidente que Marruecos ha mejorado su posición en América Latina respecto a su causa nacional. Sin embargo, el desempeño y la gestión diplomática develan asimetrías, diferentes niveles. La academia marroquí tampoco hace un seguimiento exhaustivo que le permita elementos de juicio para analizar de forma rigurosa la acción diplomática marroquí del otro lado del Atlántico.

En cuanto a la función diplomática habrá que conceder que los discursos han de sustituirse por la prudencia, la sensatez, el saber hacer y, principalmente, el saber escuchar. La función diplomática no consiste en una campaña electoral en la que el político trata de conquistar electores y votantes, son los intereses del país en el exterior los que están en juego. Nada menos. Parece una obviedad pero no está de más enfatizar que el cargo de representación diplomática demanda, como mínimo, el conocimiento en profundidad de los temas de la agenda exterior del país que se representa. La función diplomática ha de llevarse a cabo sin improvisación y sin personalismo. Es preciso superar el afán de destacar sobre los demás —no subordinar el cargo ni la agenda exterior del país al liderazgo o ambición personal—, un embajador debe representar a su país al más alto nivel.

Los avances de la diplomacia marroquí en América Latina han sido notables pero todavía puede hacer mucho más para avanzar en otros aspectos, procurando un mejor entendimiento, diálogo y conocimiento a diferentes niveles. Además, es preciso generar mayor interés de los gobiernos y de los tomadores de decisiones que deben facilitar el establecimiento de los mecanismos que coadyuven a afianzar el que todavía es un tímido intercambio económico. Es posible potenciar mucho más las relaciones a nivel social y cultural que precisa de planes, programas y proyectos —de largo aliento— a diferentes niveles más allá de acciones coyunturales que pierden continuidad en el tiempo.

*Clara Riveros, politóloga, consultora y analista política en temas relacionados con América Latina y Marruecos y directora en CPLATAM -Análisis Político en América Latina- ©

Rabat, Reino de Marruecos, abril, 2019

Notas

[1] Respecto a Venezuela y a Nicaragua, véase el reciente análisis de Demetrio Olaciregui, periodista y exembajador de Panamá en Marruecos: “Se hunden aliados de la guerrilla africana del Frente Polisario
[2] El intercambio comercial también aumentó significativamente. Si en 2008 Chile no le compraba a Marruecos más de nueve millones de dólares en diferentes productos, en 2015 alcanzó los 120 millones de dólares. En 2012 la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile (Asoex) y AgriMaroc firmaron un acuerdo económico que continua vigente.

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